El trauma infantil de mi papá
Quizá haya muchas más cosas peligrosas en una casa, pero ahora mismo no lo recuerdo, seguro que a vosotros se os ha venido a la cabeza alguna otra.
Mi papá se dedica a eso de no sé qué de la prevención de riesgos en el trabajo, que para muchos es una tontería, pero que si todos se preocuparan un poquito se podían evitar muchos accidentes.
Por que ¿hay alguien más tonto que el que se ha cortado un dedo o se ha fastidiado un ojo o que se ha abierto la cabeza, por no utilizar las medidas de protección adecuadas?, seguro que conocéis a algún carpintero que demuestra sus años de experiencia, enseñando el número de dedos que le faltan de la mano, ¡ja!
Y, ¿de verdad que un papá o una mamá quiere a su hijo cuando le deja jugando solo con botones (¿si nunca se metía nada en la boca que no fuera comida!), o jugando cerca de muebles con botellas de lejía (¡si estaba bien cerrada y no tenía fuerzas para abrir el armario! dicen luego), o no le ponen el cinturón en el coche (¡si íbamos aquí al lado!),...?, ¡ja!.
Por favor, si nos queréis de verdad, no nos dejéis nunca solos y protegédnos de los peligros.