Conversación-interrogatorio.

Hay días en que no se me ocurre qué contaros, normalmente por que no hay nada nuevo o interesante. Quizá os podría contar que he aprendido algún color nuevo más; que sé contar del uno al nueve, equivocándome dos veces; que he aprendido lo que significan los muñequitos del semáforo y cuándo hay que cruzar la calle, cosa que algunos mayores aún no han aprendido,...

Pero hoy os quería hablar de las interesantísimas conversaciones-interrogatorios a que me somete mi papá todos los días al salir de la guardería, y que se convierten en una repetición de lo que yo contesto, pero convertido en pregunta y con voz de asombro y de memo a la vez, a saber:

Papa: Hola Guille, ¿qué tal?

Guille: Bien

P: ¿Qué has comido hoy?

G: Puré y "coquetas"

P: ¿Puré y croquetas?

G: Sí

P: Que rico. Y ¿a qué has jugado?

G: A los indios.

P: ¿A los indios?

G: Sí

P: Que divertido, ¿y qué más has hecho?

G: Cantar

P: ¿Cantar?

G: Sí y cuentos.

P: ¿Y cuentos?

G: Sí y pintá

P: ¿Y pintar?, que bien.

G: Pintá casa

P: ¿Has pintado una casa?

G: Sí y una vaca. ¡Mira un autobú!

P: ¿Un autobús?

G: Sí, allí, mira...

.....

Como os podéis imaginar la conversación-interrogatorio en que ya se saben todas las respuestas se prolonga "hasta el infinito y más allá", con la misma voz de memo. Yo no sé si lo hace porque no se le ocurre ningún tema de conversación conmigo o por que realmente es un memo.

Quiero, quiero, quiero.

He descubierto cómo conseguir todo lo que quiero y de momento me funciona y mientras me funcione me aprovecharé.

El método es sencillo y por lo que he podido comprobar todos los bebés utilizamos el mismo. Creo que lo llaman el Método del "Cansino" y consiste en repetir algo hasta la saciedad, eso sí, hay que tener más aguante que tus papás, (en el caso de los yayos no hay que insistir mucho).

Ejemplo:

- Quiero unos gusanitos.

- No (responde tu papá o tu mamá)

Y ahí es cuando entra en acción el Método del "Cansino".

- Quiero unos gusanitos.

- Te he dicho que no.

- Quiero unos gusanitos (si le echas algo de teatro, como llorar o tirarte al suelo, patalear, es más eficaz)

- Ya comiste gusanitos ayer.

- Quiero gusanitos, buaaa, buaaaaa, quiero gusanitos, quiero gusanitos, quiero gusanitos...

- Toma los puñete... gusanitos y cállate ya cansino.

El método funciona en el 100% de los casos con los yayos y en el 80 % con los papás.

Creo que algún mayor también lo utiliza!!

¡Ya está aquíiiiiiiii!

Sí, al final ha llegado, me ha atacado de noche, con alevosía y premeditación (que no sé lo que quiere decir, pero lo he oído en la tele y me ha gustado), sin yo enterarme, sigilosamente, sin hacer ruido, no me ha dejado ni una parte de mi cuerpo sana.

Claro que tanto anunciar ¡que viene el lobo!, ¡que viene el lobo!, que al final ha aparecido y nadie se ha dado cuenta; bueno mis papás fueron los primeros en darse cuenta, pero ya era demasiado tarde, ya no había nada que hacer para evitarlo, ya estaba aquí, estaba escrito,...

Rápidamente me llevaron al médico, a la pediatra, y efectivamente, lo pudo confirmar, después de innumerables falsas alarmas, ahora sí que sí, tenía la VARICELA. Bueno lo que yo he tenido son muchos granitos por todo el cuerpo que me picaban mucho, ella lo llamó varicela, aunque yo lo llamaría "guarrada muy extensa".

"No te rasques", me decía mi mamá; ¡qué fácil!.

"Si ya se lo decía yo", nos dijo la pediatra; pero es que nos lo comenzó a anunciar hace más de dos años.

Bueno el caso es que ya la he pasado. Ahora sólo me quedan las heridas repartidas por todo mi cuerpo de tanto y tanto granito.

¿Qué será lo próximo, sarampión, paperas, otro constipado,...? Hagan sus apuestas.

Llorar o llorar

Hoy me he dado cuenta que desde el mismo momento en que nací, he llorado todos los días de mi corta vida, sí, sí, todos los días. Por que quiero comer, por que no quiero comer, por que quiero jugar, por que no quiero jugar, por que quiero ver una película, por que a los dos minutos quiero ver otra, por que me duele algo, por molestar, por costumbre, por que hoy es hoy, por que yo lo valgo, por que un día es un día...

No sé si es lo normal, aunque por lo que he oido a los papás de otros nenes, creo que nos ocurre lo mismo a todos los bebés. Lo que aún no he podido confirmar es hasta cuándo dura esto.