¿Utiliza el transporte público?, ¡ja!
Hoy nos hemos levantado pronto, mi mamá y yo. Ya estábamos hartos de estar en casa y dar paseitos por el barrio, así que hemos decidido ir a pasear por el centro de Madrid, que yo aún no lo conocía.
Mi mamá me ha puesto muy guapo con una ranita azul, me ha montado en el carrito y nos hemos dirigido a la parada de autobús, que mejor manera de moverte por Madrid que en transporte público, que yo tampoco conocía.
Primer problema, al ser día laborable, el autobús iba completo y nos ha sido imposible subirnos al autobús. Pero mi mamá no se ha dado por vencida y nos hemos dirigido al Metro, aunque no entiendo por qué dicen que vuela si va por debajo de tierra; bueno, el caso es que en la estación más cercana no hay ascensor y mi mamá ha tenido que bajar el primer tramo de escaleras, no mecánicas por supuesto, ella solita, ya que aunque bajaba mucha gente al Metro, nadie nos ha querido ayudar. Superado el primer obstáculo, hemos pedido a la taquillera que nos abriera la puerta para pasar, cosa que ha hecho amablemente, pero horror, el tramo de escaleras mecánicas estaba estropeado, y mi mamá, esta vez ayudada por un chico joven muy amable ha superado el segundo obstáculo.
Una vez que hemos podido entrar en el vagón del Metro, después de dejar pasar unos cuantos por ir completos, nos hemos encontrado como sardinas en lata, pero bueno, hemos llegado a la Puerta del Sol, después de hacer un transbordo en una estación, con tres tramos de escaleras mecánicas, que esta vez si funcionaban, pero sin ascensor.
Como todos sabréis, en Sol, tampoco hay escaleras mecánicas para salir de la estacióna la calle, así que esta vez mi mamá ha pedido ayuda a otra taquillera que nos ha señalado que no podía abandonar su puesto de trabajo, así que ha llamado a otro compañero, y con cara de pocos amigos nos ha ayudado a llegar a la salida.
Todos los problemas parecían superados, pero no, la Puerta del Sol y alrededores están en obras, así que imaginaos lo fácil que ha sido circular, mi mamá parecía Carlos Sainz con el carrito y yo Luis Moya, aunque sin indicarle dónde estaban los baches, por que aún no hablo.
Al final ni mi mamá ni yo hemos disfrutado de nuestro paseo por Sol. Y después de ver un par de tiendas, con difícil accesibilidad, por que en la misma entrada ya había varios escalones, hemos decidio volver a casa, bueno, lo ha decidido mi mamá que estaba muy enfadada.Yo no he dicho nada, por si las moscas. Eso sí, cuando hemos llegado, me he tomado un par de teta-bricks, ummmm, que ricas.
Por cierto, hemos vuelto en taxi, 20 euros la broma.
¿Utiliza el transporte público?, já.
1 Comments:
La más cruda realidad contada con mucha gracia.
Post a Comment
<< Home