Historias vacacionales (II)

Como ya os conté, este verano he visitado al tío Pepe y al toro de Osborne.

El tio Pepe no es realmente mi tio, pero al mismo tiempo es tío de todo el mundo, para algunos más que un tío es un hermano y el toro es de su familia. Además tienen que ser muy importantes porque por las carreteras hay fotos suyas en tamaño gigante.

He vuelto a recordar las vacaciones porque el otro día mis papás pasaron a papel alguna de las fotos que hicimos.

La foto que más ha gustado a mis yayos y a mis tíos es la que tenéis aquí al lado.

- Mira, mira, -decía mi tío-, cómo se agarra a los "cataplines".

- No son los cataplines, -le contestó otro de mis tíos- son las "partes nobles" del toro.

- ¡Partes nobles, partes nobles!, -dijo mi papá-, son las "criadillas".

- No, son los "güevecillos",- contestó mi mamá.

- Guille, no les hagas caso, -interrumpió mi yayo-, eso que tienes agarrado son los "cohones".