Friday, November 10, 2006

El caso de los hombres de verde


Hace dos días me ocurrieron cosas muy extrañas.
Mis papás tenían que haber ido a trabajar y yo tenía que haber ido a la guardería, pero nos quedamos jugando los tres en casa por la mañana.
Me dieron muy pronto de comer y a partir de media mañana ya no me dieron ni comida ni agua.
Por la tarde cogimos el coche y yo pensaba que íbamos al parque o a un centro comercial (mis papás son muy previsibles), pero no, me llevaron a un hospital. Yo ya he estado más veces en hospitales, pero siempre por que estaba malito, pero esta vez estaba bien.
Subimos a una pequeña habitación y una señorita de blanco les dijo que me desnudaran. Todo estaba resultando muy extraño. Así me tuvieron más de una hora, mi mamá ya no sabía a qué jugar conmigo y yo ya reía sus gracias para quedar bien, la pobre se estaba esmerando.
De repente apareció un hombre vestido de verde, hasta llevaba un gorro verde. Me cogió y me separó de mis papás, y ellos no hacían nada, sólo me decían adiós.
El hombre de verde me llevó a una sala grande con más hombres de verde, estos tenían incluso una cosa verde que les tapaba la cara y sólo se les veía los ojos y zapatos verdes. En el centro había una cama y en el techo muchas luces. Yo empecé e a ponerme nervioso y a llamar a mi mamá y a mi papá, pero no me oían. Intenté defenderme, pero los hombres de verde eran más y claro la lucha fue desigual; de repente uno de los hombres de verde, se acercó a mí con algo parecido a un vaso que me lo quería poner en la cara, yo seguí defendiéndome, pero no pude hacer nada, el olor que salía de ese vaso que me pusieron en la cara hizo que me durmiera.
No sé cuanto tiempo pasó, pero me desperté en la habitación en la que había estado antes con mis papás. Ellos estaban allí, pero también estaba uno de los hombres de verde. Yo les quería avisar del peligro, pero no tenía fuerzas y seguía teniendo sueño y en mi oreja derecha tenía algo, un trozo de tela o una gasa. Yo me agarraba a mi papá con todas mis fuerzas, para que no me volviera a llevar el hombre de verde.
Al fin nos quedamos solos, pero yo quería marcharme de allí, lloraba, gritaba, me revolvía, les indicaba el camino de salida, pero ellos seguían sin hacer nada. Pasó un buen rato hasta que nos fuimos de aquel lugar.
Ayer por fin me enteré de lo ocurrido, me habían quitado un bultito que tenía en la oreja, ¿pero por qué?, ¿me habían preguntado mi opinión?, era mi bultito.
Me imagino que se sentirían culpables, por que ayer nos fuimos a pasar el día a Toledo, y a parte de que hizo un tiempo fenomenal (de eso se enteraron todos los madrileños que nos encontramos en el camino de vuelta), me lo pase pipa.

1 Comments:

Blogger Anna said...

Te entiendo perfectamente,
Mis padres también me llevaron a un sitio así, dicen que me han puesto unos tubitos en los oídos y es verdad que desde entonces no he vuelto a tener aquellos dolores de oídos cuando me resfrío, aunque resfriarme me sigo resfriando.
Pero no se si tu pasaste por lo mismo pero lo peor de toda la experiencia fue el análisis de sangre previo a la operación. Me tuvieron que aguantar dos enfermeras y a mi mama casi le saltaban las lágrimas de lo mucho que lloré.

Espero que sigas escribiendo porque me divierten tus aventuras.
Un saludo

9:33 AM  

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